Presentación del primer "Mapa del talento en España" por comunidades autónomas

COTEC

La Fundación Cotec para la Innovación y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) han presentado hoy en Madrid los resultados del primer estudio que analiza y compara la capacidad de atraer y retener talento de las 17 comunidades autónomas españolas. El trabajo ofrece el primer estudio a nivel regional en el que se ha aplicado el Índice Global de Competitividad en Atracción y Retención del Talento (GTCI, por sus siglas en inglés), desarrollado por el Instituto Europeo de Administración de Empresas (INSEAD), una escuela de negocios internacional con sede en París.

Los resultados regionales de este primer Mapa del Talento en España sitúan en las primeras posiciones del ranking a las comunidades autónomas de Madrid, Comunidad Foral de Navarra, Cataluña y País Vasco. En el extremo contrario aparecen Canarias, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Extremadura, y Andalucía. En la zona intermedia del listado coinciden ocho autonomías: Principado de Asturias, Aragón, La Rioja, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y Galicia.

El índice obtenido para cada región se construye a partir de 52 indicadores agrupados en seis pilares fundamentales que condicionan el talento: facilitar; atraer; hacer crecer; retener; capacidades y vocaciones técnicas disponibles; así como nivel de conocimiento en cada región. La Comunidad de Madrid es líder en todos los pilares analizados menos facilitar (encabezado por País Vasco) y retener (Navarra). Desde la doble perspectiva de atraer y retener talento, se aprecian diferencias significativas entre el noreste del país, como regiones mejor situadas, y el extremo suroeste, que obtiene peores resultados.
Mapa Talento España Cotec Ivie.

La directora de Proyectos Internacionales del Ivie, Matilde Mas, destacó las diferencias que se observan entre comunidades autónomas y señaló que “existen más semejanzas en los indicadores de inputs de talento [los 4 primeros pilares] que en los de impacto de talento [los dos últimos], lo que deja entrever que las condiciones para introducir el talento son necesarias, pero no suficientes para obtener los resultados deseables de su utilización”. Mas, que también es coautora del informe, añadió: “La mayor dispersión regional encontrada en los resultados del uso del talento invita a pensar que hay elementos, como por ejemplo la capacidad de emprender negocios, que no figura entre los inputs de talento y que explicaría el éxito de algunas comunidades y el fracaso de otras en convertir talento en nivel de vida”.

El otro autor del informe, el investigador del Ivie, Javier Quesada, destacó por su parte que “en los próximos años, el desarrollo de la inteligencia artificial y la necesidad de extraer su potencial para mejorar las organizaciones públicas y privadas desatará una caza de talentos”.

Cotec e Ivie prevén repetir este ejercicio en el futuro, para profundizar en el análisis de la evolución de la competitividad relacionada con el talento, además de hacer recomendaciones precisas a las organizaciones públicas y privadas.

El estudio recoge asimismo la posición de España en el ranking internacional, donde ocupa el puesto 31 de un total de 119 países, en niveles similares a Portugal, República de Corea, Lituania o Chile. España destaca en el índice GTCI en los ámbitos de educación formal, debido a las altas tasas de matriculación universitaria; sostenibilidad, por su sistema de pensiones; y estilo de vida, tanto desde el punto de vista medioambiental como de seguridad personal.

En cuanto a las áreas de mejora, España necesita mejorar, según refleja el índice GTCI, en las relaciones administración-empresa, utilización de la tecnología y aspectos relacionados con el mercado de trabajo, como la facilidad de contratación, el fomento del desarrollo profesional y la promoción de mejoras formativas.

COMPOSICIÓN DEL ÍNDICE GTCI

    La capacidad de facilitar la generación de talento incluye variables como la eficacia de la administración, la facilidad para hacer negocios o las infraestructuras de telecomunicaciones disponibles.
    La capacidad de atraer talento se mide desde el punto de vista de la apertura externa (atracción del capital extranjero) y la apertura interna (tolerancia con las minorías o la inmigración o la situación de la mujer en el mercado de trabajo).
    El tercer pilar, crecer, tiene en cuenta variables como la inversión en educación superior, la disponibilidad de formación continuada o el uso de las redes sociales como herramienta de trabajo.
    El pilar retener considera aspectos que garantizan la permanencia del talento en un territorio a través de factores relacionados con la sostenibilidad y el estilo de vida, tales como el sistema de pensiones, el gasto público destinado a protección social y aspectos relacionados con el medioambiente o la calidad del sistema de salud.
    La quinta dimensión, capacidades y vocaciones técnicas, se refiere a la habilidad del sistema educativo para ajustarse a las necesidades de las empresas y la empleabilidad de los trabajadores en puestos acordes a sus capacidades.
    Finalmente, se analiza el pilar conocimiento, que tiene en cuenta la disponibilidad de capital humano altamente cualificado, exportaciones de alta tecnología, propiedad intelectual, número de publicaciones científicas, etc.

La directora de Proyectos Internacionales del Ivie, Matilde Mas, destacó las diferencias que se observan entre comunidades autónomas y señaló que “existen más semejanzas en los indicadores de inputs de talento [los 4 primeros pilares] que en los de impacto de talento [los dos últimos], lo que deja entrever que las condiciones para introducir el talento son necesarias, pero no suficientes para obtener los resultados deseables de su utilización”. Mas, que también es coautora del informe, añadió: “La mayor dispersión regional encontrada en los resultados del uso del talento invita a pensar que hay elementos, como por ejemplo la capacidad de emprender negocios, que no figura entre los inputs de talento y que explicaría el éxito de algunas comunidades y el fracaso de otras en convertir talento en nivel de vida”.

El otro autor del informe, el investigador del Ivie, Javier Quesada, destacó por su parte que “en los próximos años, el desarrollo de la inteligencia artificial y la necesidad de extraer su potencial para mejorar las organizaciones públicas y privadas desatará una caza de talentos”.

Cotec e Ivie prevén repetir este ejercicio en el futuro, para profundizar en el análisis de la evolución de la competitividad relacionada con el talento, además de hacer recomendaciones precisas a las organizaciones públicas y privadas.

El estudio recoge asimismo la posición de España en el ranking internacional, donde ocupa el puesto 31 de un total de 119 países, en niveles similares a Portugal, República de Corea, Lituania o Chile. España destaca en el índice GTCI en los ámbitos de educación formal, debido a las altas tasas de matriculación universitaria; sostenibilidad, por su sistema de pensiones; y estilo de vida, tanto desde el punto de vista medioambiental como de seguridad personal.

En cuanto a las áreas de mejora, España necesita mejorar, según refleja el índice GTCI, en las relaciones administración-empresa, utilización de la tecnología y aspectos relacionados con el mercado de trabajo, como la facilidad de contratación, el fomento del desarrollo profesional y la promoción de mejoras formativas.

COMPOSICIÓN DEL ÍNDICE GTCI

    La capacidad de facilitar la generación de talento incluye variables como la eficacia de la administración, la facilidad para hacer negocios o las infraestructuras de telecomunicaciones disponibles.
    La capacidad de atraer talento se mide desde el punto de vista de la apertura externa (atracción del capital extranjero) y la apertura interna (tolerancia con las minorías o la inmigración o la situación de la mujer en el mercado de trabajo).
    El tercer pilar, crecer, tiene en cuenta variables como la inversión en educación superior, la disponibilidad de formación continuada o el uso de las redes sociales como herramienta de trabajo.
    El pilar retener considera aspectos que garantizan la permanencia del talento en un territorio a través de factores relacionados con la sostenibilidad y el estilo de vida, tales como el sistema de pensiones, el gasto público destinado a protección social y aspectos relacionados con el medioambiente o la calidad del sistema de salud.
    La quinta dimensión, capacidades y vocaciones técnicas, se refiere a la habilidad del sistema educativo para ajustarse a las necesidades de las empresas y la empleabilidad de los trabajadores en puestos acordes a sus capacidades.
    Finalmente, se analiza el pilar conocimiento, que tiene en cuenta la disponibilidad de capital humano altamente cualificado, exportaciones de alta tecnología, propiedad intelectual, número de publicaciones científicas, etc.

La directora de Proyectos Internacionales del Ivie, Matilde Mas, destacó las diferencias que se observan entre comunidades autónomas y señaló que “existen más semejanzas en los indicadores de inputs de talento [los 4 primeros pilares] que en los de impacto de talento [los dos últimos], lo que deja entrever que las condiciones para introducir el talento son necesarias, pero no suficientes para obtener los resultados deseables de su utilización”. Mas, que también es coautora del informe, añadió: “La mayor dispersión regional encontrada en los resultados del uso del talento invita a pensar que hay elementos, como por ejemplo la capacidad de emprender negocios, que no figura entre los inputs de talento y que explicaría el éxito de algunas comunidades y el fracaso de otras en convertir talento en nivel de vida”.

El otro autor del informe, el investigador del Ivie, Javier Quesada, destacó por su parte que “en los próximos años, el desarrollo de la inteligencia artificial y la necesidad de extraer su potencial para mejorar las organizaciones públicas y privadas desatará una caza de talentos”.

Cotec e Ivie prevén repetir este ejercicio en el futuro, para profundizar en el análisis de la evolución de la competitividad relacionada con el talento, además de hacer recomendaciones precisas a las organizaciones públicas y privadas.

El estudio recoge asimismo la posición de España en el ranking internacional, donde ocupa el puesto 31 de un total de 119 países, en niveles similares a Portugal, República de Corea, Lituania o Chile. España destaca en el índice GTCI en los ámbitos de educación formal, debido a las altas tasas de matriculación universitaria; sostenibilidad, por su sistema de pensiones; y estilo de vida, tanto desde el punto de vista medioambiental como de seguridad personal.

En cuanto a las áreas de mejora, España necesita mejorar, según refleja el índice GTCI, en las relaciones administración-empresa, utilización de la tecnología y aspectos relacionados con el mercado de trabajo, como la facilidad de contratación, el fomento del desarrollo profesional y la promoción de mejoras formativas.

COMPOSICIÓN DEL ÍNDICE GTCI

    La capacidad de facilitar la generación de talento incluye variables como la eficacia de la administración, la facilidad para hacer negocios o las infraestructuras de telecomunicaciones disponibles.
    La capacidad de atraer talento se mide desde el punto de vista de la apertura externa (atracción del capital extranjero) y la apertura interna (tolerancia con las minorías o la inmigración o la situación de la mujer en el mercado de trabajo).
    El tercer pilar, crecer, tiene en cuenta variables como la inversión en educación superior, la disponibilidad de formación continuada o el uso de las redes sociales como herramienta de trabajo.
    El pilar retener considera aspectos que garantizan la permanencia del talento en un territorio a través de factores relacionados con la sostenibilidad y el estilo de vida, tales como el sistema de pensiones, el gasto público destinado a protección social y aspectos relacionados con el medioambiente o la calidad del sistema de salud.
    La quinta dimensión, capacidades y vocaciones técnicas, se refiere a la habilidad del sistema educativo para ajustarse a las necesidades de las empresas y la empleabilidad de los trabajadores en puestos acordes a sus capacidades.
    Finalmente, se analiza el pilar conocimiento, que tiene en cuenta la disponibilidad de capital humano altamente cualificado, exportaciones de alta tecnología, propiedad intelectual, número de publicaciones científicas, etc.

 

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