Invernaderos subterráneos o almacenes de medicamentos, así es el futuro de los pozos mineros

El Principado explora proyectos y usos que se podrían implantar en el exterior o interior de las explotaciones mineras sin actividad

LA VOZ DE ASTURIAS

Las minas y pozos mineros de Asturias fueron un día referencia para la economía de la región y podrían volver a serlo más allá de sus instalaciones se conviertan en destino turístico. Aunque su cierre y la paralela pérdida de industrias han supuesto en buena medida el declive de la comunidad, hoy por hoy se postulan como espacios, no sólo reactivadores del ámbito económico, si no también como polos de innovación e investigación tecnológica. El Principado, los agentes sociales y las empresas mineras, una de ellas Hunosa, están poniendo sobre la mesa proyectos que de salir adelante darían otra oportunidad tanto al interior como al exterior de las explotaciones mineras.

 

La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad quiere aprovechar el potencial de las instalaciones mineras que tiene la región y ya ha puesto en marcha una mesa de trabajo con industrias mineras para explorar posibles proyectos y usos de las explotaciones que ya no cuentan con actividad. El objetivo es, como se decía anteriormente, «crear polos de innovación y centros tecnológicos» vinculados a los pozos y dotarlos de un nuevo uso, además de fijar talento y alternativas de empleo y actividad en las cuencas. Los proyectos que se han planteado hasta el momento para el aprovechamiento de las minas son los siguientes:

 

Geotermia en el pozo Barredo

Un proyecto que ya está en marcha y que corrobora que las minas pueden tener otros aprovechamientos cuando de ellos ya no se saca carbón es el de la geotermia, proyecto liderado por Hunosa que consiste en el aprovechamiento de las aguas del pozo Barredo para la climatización a través de una red de calor urbana de diversos edificios ubicados en Mieres, como son la Escuela Politécnica de Mieres, el Instituto de Educación Secundaria Bernaldo de Quirós y a un conjunto de edificios, situados en la zona del Vasco-Mayacina, que cuentan en total con 248 viviendas. Las características de esas aguas las hacen susceptibles de ese tipo de usos. Hunosa trabaja en la actualidad en aumentar y extender esta red a otros pozos, como puede ser el Fondón en Langreo.

 

Almacén de medicamentos en el pozo Santiago

Otra de las iniciativas que se han puesto encima de la mesa, en este caso promovida por el SOMA, es utilizar el pozo Santiago como almacén de medicamentos. A raíz de la crisis sanitaria del covid-19 y la recomendación de la UE de que los países crearan reservas estratégicas de material sanitario y fármacos, el sindicato advertía que Hunosa dispone de terrenos y edificios que podrían utilizarse como base de una de una de esas reservas, además de contar con estructuras subterráneas que una vez adaptadas servirían como almacenes de alta seguridad. El pozo Carrio es la explotación minera que se perfila para albergar el almacén farmacéutico.

 

La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad ve con buenos ojos los proyectos anteriores pero plantea propuestas que vayan un poco más allá. Una de las ideas es crear ecoparques científico-tecnológicos y centros de I+D+i que incluyan, no solo el aprovechamiento de galerías subterráneas, sino también equipamientos de investigación que pueden instalarse en las superficies.

Invernaderos subterráneos

Una de las propuestas que Borja Sánchez, responsable de esta consejería, ha trasladado a Hunosa está vinculada al sector agroalimentario. Se trata de la instalación de invernaderos en las galerías mineras, un proyecto del que ya hay referente internacional. El programa Growing Underground aprovecha los bunkers londinenses de la Segunda Guerra Mundial y a más de 30 metros de profundidad se ha creado el huerto bajo tierra más grande del Reino Unido, donde se realizan distintos cultivos, se empaquetan y se comercializan.

 

Así, en el ámbito agralimentario, Borja Sánchez ha destacado las posibilidades que pueden ofrecer las galerías subterráneas de nuestras minas, donde «tengas el agua, tengas la posibilidad de filtrar el aire y tengas la posibilidad de desestacionalizar la producción de lo que tienes ahí. Me parecen elementos muy importantes para trabajar en algo que en el futuro vamos a necesitar, que es la resiliencia», ha trasladado. En su opinión, ante cualquier crisis en la cadena alimentaria, Asturias tendría la capacidad de producir en lugares que no son los habituales. «Y quien aplica esto al mundo agroalimentario, lo aplica al mundo de la farma», apostilla el mismo.

 

Centros de I+D+i  y EBTs

Otro proyecto que ya ha apuntado el consejero de Ciencia e Innovación es la instalación de un centro de investigación subterráneo, siguiendo en este caso el modelo estadounidense del laboratorio DUSEL, en una mina de Dakota del Sur, donde se realizan investigaciones punteras a más de 2.000 metros de profundidad sin las interferencias de partículas de la superficie terrestre. «Lo que está instalado en Dakota del Sur está aprovechando una antigua explotación minera subterránea. Es decir, cualquiera de los pozos mineros que tenemos actualmente en Asturias que no están inundados serían susceptibles de un proyecto así siempre y cuando tuviese detrás un plan de sostenibilidad que asegurase que los costes estructurales de mantener el pozo en condiciones, aseguran la viabilidad del proyecto», señala Borja Sánchez. Así, tanto el interior como el exterior de las explotaciones mineras podrían albergar Empresas de Base Tecnológica (EBTs).

 

Centro de «big data»

El consejero de Innovación también ha puesto sobre la mesa propuestas relacionadas con centros de digitalización. En este sentido, el secretario general del SOMA-FITAG-UGT, José Luis Alperti, planteaba hace meses como opción habilitar en uno de los pozos sin actividad un centro de almacenamiento de «big data» (datos informáticos), una alternativa para la que también existe referente en una mina de Maloy, en Noruega. Alperi considera que la iniciativa puede tener cabida en nuestras comarcas mineras en tanto que en estas zonas ya se está desarrollando un importante tejido económico vinculado con las nuevas tecnologías.

 

Centro Nacional de Entrenamiento en Rescates

Otra propuesta planteada por el SOMA hace tiempo a ubicar en el pozo Carrio es la creación de un Centro Nacional de Entrenamiento en Rescates (CNeR) que permita buscar una mayor proyección en las competencias, habilidades y destrezas que en Asturias tenemos en materia de seguridad y prevención de accidentes. Además de las funciones actuales de rescate minero, se trataría de ampliar los objetivos: serviría para la capacitación y entrenamiento de equipos de rescate, unidades militares, y/o de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. El proyecto que plantea el sindicato permitiría simular escenarios reales de accidentes industriales, ferroviarios, derrumbes de edificios, rescates en altura, aeronaves, vehículos, etc. Todo ello complementado con aulas, laboratorios, residencia y talleres, complementarios al ya existente túnel de Anes.

 

Centro de Seguridad frente a explosiones en el pozo Carrio

Recientemente Hunosa alcanzaba un acuerdo con el Laboratorio Oficial José María de Madariaga (LOM) para desarrollar en las instalaciones del Pozo Carrio, en Laviana, un Laboratorio de Seguridad contra Explosiones, centro destinado a llevar a cabo ensayos y otros trabajos de investigación sobre deflagraciones en entornos de atmósferas explosivas. No obstante, la empresa hullera deja la puerta abierta a destinar el resto de las instalaciones del pozo lavianés a suelo industrial poniéndolo a disposición de las empresas que quieran desarrollar sus proyectos en este enclave.

 

«De lo que se trata es de explorar formas de reaprovechar esas infraestructuras mineras, sean en superficie o sean subterráneas para generar nuevas actividades vinculadas a temas de innovación, temas de emprendimiento, tema de empresas de base tecnológica, ámbitos como la biotecnología y, por supuesto, la energía», resume Borja Sánchez, que asegura que aquellos proyectos que sean viables y realistas, los trasladará a los ministerios competentes para que los tengan en cuenta para la búsqueda de financiación. Y es que Borja Sánchez defiende la necesidad de impulsar la iniciativa público-privada con proyectos competitivos que puedan atraer fondos europeos para la reconstrucción de Asturias. La intención de la consejería es intentar comenzar con algún proyecto que sea viable a través de los recursos propios y que pueda reforzarse con fondos europeos.

 

Por el momento, desde el Principado se está a la espera de conocer los pozos, galerías o explotaciones que pueden ser recuperables y susceptibles de uso, ya que la consejería de Ciencia e innovación no pierde de vista que son espacios que requieren determinadas condiciones y para los que habría que hacer un plan que garantice el mantenimiento de las galerías.

Apoyo del SOMA para el aprovechamiento de las minas

Desde el SOMA-FITAG-UGT no dudan en apoyar la propuesta de la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad de abordar la ordenación del aprovechamiento de antiguas infraestructuras mineras, con el objetivo de ponerla en valor. José Luis Alperi entiende que esa ordenación puede servir «para optimizar y canalizar el volumen de recursos llegarán de la Unión Europea, para aquellos proyectos de futuro que estén alineados con la nueva estrategia industrial europea» y apostilla que acertar con las iniciativas a desarrollar será clave para «acelerar la recuperación de Asturias», una recuperación que, dice, debe basarse en los fondos de transición europeos que, «bien empleados, son sin duda el futuro industrial de Asturias».

 

Hunosa pone las instalaciones sin actividad a disposición

De igual modo, desde Hunosa trasladan que acoge con interés las propuestas que se están formulando y que pone las instalaciones donde ha cesado la actividad extractiva a disposición de cualquier proyecto que genere empleo y dé vida con nuevos usos a los pozos. En ese sentido, la empresa pública ha informado a las instancias competentes de las características de las instalaciones, aunque aclara que «no es Hunosa quien tiene que tomar la decisión». A modo de ejemplo, apuntan fuentes de la hullera que la decisión de dónde se ubica un almacén estratégico sanitario compete a las autoridades sanitarias.

 

 

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