Gijón atrae la I+D en una sola ‘milla’ para la cocreación efectiva

La Milla del Conocimiento es el proyecto con el que se ha creado un ecosistema innovador en el que universidad, empresas y centros tecnológicos trabajan para saltar del laboratorio al mercado.

LA RAZÓN

Generar un ecosistema de innovación no es cosa de un día ni de una ocurrencia política. Hace 20 años se inauguraban los primeros edificios de lo que hoy se llama la Milla del Conocimiento de Gijón. Un parque científico-tecnológico en el que se desarrolla la innovación de un área de cerca de 800.000 habitantes con dos retos: poner en valor la transferencia tecnológica ya sea entre empresas, instituciones o la propia universidad, y fomentar la colaboración en proyectos de investigación capaces de dar el salto del laboratorio al mercado.

Este proyecto, explica a INNOVADORES Luis Díaz, director-gerente de Gijón Impulsa, se levantó en un entorno en el que ya existían agentes de la innovación, como el campus universitario en Gijón de la Universidad de Oviedo con la Escuela Politécnica de Ingeniería, el centro formativo Laboral Ciudad de la Cultura y el centro de arte de creación industrial, así como Hospital Universitario de Cabueñes, "muy dinámico en investigación y cooperación empresarial", a los que se unieron los centros tecnológicos.

Las primeras empresas que se acomodan en este área, y que actuaron como tractoras, estaban relacionadas con la ingeniería. "Eran empresas de perfil duro, en el sentido de que se abrían áreas de I+D y laboratorios con equipos muy potentes". En esos primeros años, subraya Díaz, "se puso el listón muy alto para enfocarse no tanto a crear grandes líneas de producción industrial, sino más centrado en la investigación y la innovación".

El tamaño de la Milla del Conocimiento no es de grandes dimensiones porque, explica Diaz, la oferta de suelo inicial era para pequeñas parcelas con el objetivo de crear laboratorios de investigación y las áreas de I+D de las empresas, más que para producción en serie. El reto era crear un espacio empresarial en el que se pudiera generar ese conocimiento que posteriormente se escalara en las industrias para lanzarlo al mercado. "Está pensado más para la producción de prototipos y de series cortas de producción".

Además, Díaz se decanta más que por la especialización en algún sector por buscar la heterogeneidad. "Una especialización sectorial resulta interesante, pero también la hibridación de sectores es un elemento de valor indiscutible y enriquecedor", por lo que desde Gijón Impulsa apuestan por "abrir la mano" y no limitarse a unos determinados sectores, aunque reconoce que el TIC y los relacionados con ingeniería tienen peso especial.

Para conseguirlo, la clave está en poner a disposición de las empresas las infraestructuras con el equipamiento necesario (oficinas, laboratorios…), así como servicios para fomentar que se produzcan sinergias en este ecosistema. "Somos agentes facilitadores que buscamos crear un clima de confianza para que la cooperación pueda surgir y se desarrollen proyectos innovadores", señala Díaz. Esto se complementa con una serie de mecanismos de financiación (desde subvenciones a fondo perdido hasta un fondo de capital riesgo municipal), bien para startups bien para proyectos, con el fin de que vean la luz en el mercado. Además, la colaboración con los institutos tecnológicos y los centros de investigación universitarios "permite una transferencia de tecnología que es crítica en el desarrollo empresarial".
Cooperación empresarial

¿Qué atrae a las empresas a la Milla del Conocimiento? Díaz resalta el hecho de disponer del espacio adecuado para innovar, contar con talento local y de otras procedencias nacionales e internacionales y tener una administración, en este caso la local, facilitadora y el apoyo del sector financiero, con entidades como CaixaBank, muy comprometidas con proyectos innovadores.

El talento es lo que destaca Pablo Martín, CEO de Izertis, consultora tecnológica multinacional asentada en este parque. "La cercanía con la Escuela Politécnica nos permite estar cerca de alumnos que pueden ser nuestros futuros empleados", señala Martín. "Atraer talento es difícil y este entorno ayuda, no solo por el ecosistema como referente de innovación, sino por el espacio en el que se encuentra".

"Estar en la Milla del Conocimiento supone formar parte del ecosistema emprendedor, nos permite estar en contacto con startups y empresas jóvenes que están protagonizando la transformación digital" en los diferentes sectores industriales, incide Orlando López, director ejecutivo de Grupo Talento, otra de las empresas más longevas en este espacio. Esta cercanía, puntualiza, les permite detectar el talento en el que invertir y afirma que su compañía ha participado en la financiación de aquellas startups de la Milla que más les han atraído. "No somos un caso aislado", apunta en referencia a otras grandes empresas que también  invierten en startups del parque.

Carlos Marina, CEO de MBA Surgical Empowerment, firma del sector de la distribución médico-quirúrgica, reconoce que la decisión de ‘mudarse’ a la Milla del Conocimiento "no fue racional" al principio, pero ahora son conscientes del beneficio empresarial que supone estar cerca de centros de investigación para emprender determinados proyectos. Además, aprovechan sus espacios para celabrar eventos internacionales del sector salud.

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