Este centro está dentro de la estratégia de crecimiento de la compañía

Daniel Salas, director de DXC en Asturias, destaca las oportunidades de negocio y de atracción de trabajo desde Avilés.

LA NUEVA ESPAÑA

La revolución tecnológica ha llegado para quedarse y Avilés lleva años posicionándose desde la apuesta de multinacionales como ArcelorMittal en la Manzana del Acero o de DXC con sus servicios tecnológicos en el Parque Empresarial. Esta última empresa, que empezó como CSC con apenas treinta trabajadores en las instalaciones de Dupont en Tamón en 2003, tiene a un avilesino al frente, Daniel Salas, que expresa su optimismo sobre los planes de futuro en Asturias. «Tenemos desde hace un mes un presidente nuevo en Estados Unidos que arranca la segunda fase, lo que él llama el crecimiento. El centro de Asturias sigue dentro de la estrategia de crecimiento de la corporación y esperamos que pueda haber oportunidades de negocio y de atraer trabajo».

En cuanto al encaje de DXC en la futura Isla de la Innovación, Salas destaca que «hay una apuesta de ciudad muy enfocada más el entorno de la siderurgia-metal, que es la base del tejido económico, pero que cada vez es más tecnológico. Estamos seguros que en algún momento nuestra implicación o participación tendría que ser mayor en ese entorno».

DXC camina en varias líneas de innovación. «Hay un equipo que se dedica a esa parte de investigación y orientación hacia las necesidades de mercado. También tenemos un modelo en el que tratamos de sacar la innovación de abajo hacia arriba, le pedimos a la gente que identifique proyectos, ideas y si son adecuadas, se les apoya para que desarrollen esa innovación», explica Daniel Salas.

La multinacional trabaja ahora mismo «en entornos de automatización de procesos y de trabajo rutinario, crear robots que hagan ciertas tareas. El foco está en las empresas, cuyos programas están funcionando en un servidor donde se realizan las tareas, gracias a la inteligencia artificial y la capacidad de estos robots acaban haciendo procesos de negocio cada vez más complejos de forma automatizada. Por ejemplo, en las empresas donde las facturas de proveedores llegan en papel, el escaneo, reconocimiento, procesamiento..., todo eso se puede simplificar y automatizar». Esto supondrá una revolución en el tipo de empleos, «porque por ejemplo en una fábrica de coches el trabajo ya no es montar las piezas, sino gestionar la programación y el mantenimiento de los robots».

A nivel de calle, Salas asegura que «la gran mayoría de las empresas para usuarios finales se enfocan en los asistentes virtuales como 'Alexa', 'Google assistant' o 'Siri', pero lo que iremos viendo en cualquier aplicación o proceso de negocio que esa inteligencia artificial esté en medio ayudando a reducir tiempos de respuesta. Esos asistentes se irán haciendo cada vez más inteligentes para que puedan hacer más cosas».

En cuanto a la intromisión en la intimidad y los problemas que puede acarrear, Salas asegura que «la utilización de los datos es una realidad que ocurre a todos los niveles y que solo por tener tu móvil sucede. Lo que pasa es que las empresas no piensan en ti como persona, sino como una agrupación, consolidación y agregación de datos para ver cómo afinar la publicidad que te van a poner. Ese es el grandísimo negocio alrededor de los datos. El uso más allá de eso está sometido a una legislación bastante dura. A nivel personal es francamente imposible poder desconectarnos de eso porque significaría dejar el teléfono en casa, o utilizar internet de una manera muy especializada».

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