El principado impulsa una gran alianza para definir su estrategia científica

EL COMERCIO

Universidad, empresarios y organismos se marcan de plazo diciembre para definir los proyectos que aspirarán a conseguir financiación europea.

La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad ha configurado un nuevo espacio de «colaboración leal» en el que los representantes más destacados del ámbito de la investigación y del tejido empresarial de la comunidad trabajarán de manera conjunta para definir «cuál va a ser la estrategia científica de Asturias en 2030», señaló ayer el consejero Borja Sánchez.

El objetivo no es otro que disponer el próximo mes diciembre de un catálogo de proyectos con los que captar más fondos europeos de Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i). «Asturias es una comunidad modesta con un presupuesto modesto, así que parte de nuestro éxito vendrá de cómo podamos competir a nivel nacional y a nivel europeo. No podemos quedarnos atrás», aseguró el consejero.
Aportación público-privada

Ayer se celebró la primera de las tres reuniones de trabajo previstas antes de fin de año. En ella participó «el 99% del ecosistema científico e investigador de Asturias», destacó el consejero de Ciencia, Borja Sánchez. De hecho, a la convocatoria asistieron más de cuarenta personas en representación de la Universidad de Oviedo, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Idepa, Ficyt, Finba, Serida, Idonial, Cetemas, Asincar, CTIC, Fundación de Investigación Oftalmológica Fernández-Vega, Fade, Hunosa, Thyssen Krupp, Capsa, Dropsens y Asturhealth, entre otras. Además, en una segunda fase se incorporarán nuevos agentes sociales y empresariales a este ambicioso proyecto colectivo.

Entre otras cosas, esta primera toma de contacto sirvió para evaluar las propuestas y conformar los grupos de trabajo interdisciplinar que definirán las dos grandes misiones científicas con las que Asturias competirá en Europa. Estos equipos estarán integrados por representantes de las consejerías de Infraestructuras, Hacienda, Presidencia y Desarrollo Rural, entre otros departamentos de la Administración regional, además de la Universidad de Oviedo, los organismos de investigación, los centros tecnológicos y el sector empresarial.

La dinámica de trabajo de estas formaciones mixtas que implican la colaboración público-privada van en la línea de los diferentes consorcios de este tipo existentes en Europa. «Creo que uno de los más exitosos es aquel que incluye tanto grupos de investigación básica, de investigación aplicada, de equipos que desarrollen su actividad en centros tecnológicos, empresas innovadoras de base tecnológica y también multinacionales», enumeró Sánchez.

Respecto a las dos misiones estratégicas que enmarcan el proyecto, indicó que una de ellas «tiene que ir enfocada a la economía circular, a la transición energética, energías renovables...» y la otra se ha de dirigir «a alimentación, salud, tecnología...». La cuestión clave es «buscar qué retos que pueden englobar todas esas cosas y definir los proyectos», explicó Sánchez.

La segunda reunión de trabajo tendrá lugar en noviembre y a principios de diciembre se convocará la tercera. «El nuevo marco de financiación en Europa supone un incremento respecto al anterior programa», apunta el consejero. La meta es que antes de fin de año el Principado cuente ya con al menos veinticuatro proyectos en I+D+i -doce por cada misión estratégica- con los que se podrá trabajar y repercutan en la mejora de la comunidad.

Todo esta actividad se articulará en «línea con la estrategia europea de innovación» y con la vista puesta en el programa de Misiones de Investigación e Innovación de la Comisión Europea que se enmarca en el Horizonte Europa 2021-2027 y cuenta con más de 90.000 millones de euros para financiar iniciativas.

 

 

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